Marc Jean Dourojeanni:
Profesor emérito de la Universidad Nacional Agraria La Molina, Lima, Perú.
Lumbreras, como su apellido presagiaba, fue una luz brillante para la ciencia, la educación y la cultura peruana. Se ha ido mucho antes de brindarnos todo lo que tenía para dar. Pero, gracias a ser un escritor talentoso y prolífico, consiguió dejarnos mucho de lo tanto que sabía, gracias a una vida entera dedicada a buscar en el campo, en los laboratorios y en los libros, la verdad del pasado andino. Nos abrió las puertas al entendimiento cabal de nuestra historia, juntando las piezas sueltas del gigantesco rompecabezas que tantos otros arqueólogos e historiadores habían colectado sin conseguir, realmente, integrarlos. Permitió que los peruanos comprendamos cabalmente de qué y por qué podemos estar orgullosos.
Lumbreras era un personaje cuyos intereses extrapolaban en mucho su profesión. Entre otras, tenía mucha curiosidad por la temática ambiental y, asimismo, le apasionaba la realidad amazónica. Quizá, eso fue generado por su larga amistad con el antropólogo brasileño Darcy Ribeiro, un educador y gran estudioso de los pueblos amazonicos originarios. Pero ese interés ha sido, probablemente, más antiguo pues desde la década de 1970 Lumbreras disfrutaba visitando áreas naturales protegidas resaltando, en cada oportunidad, los detalles de la vinculación entre la naturaleza y las sociedades del pasado. Por donde él pasaba, veía vestigios que los demás ni imaginaban que estaban allí, como puntas de flechas y piedras talladas o restos de cerámicos. Tanto fue así que en la década de 1980 fue invitado a ser miembro del Consejo Científico de Pronaturaleza, donde apoyó, con entusiasmo, las iniciativas que asociaban la conservacion del patrimonio natural con el cultural, como en el caso de Santuario Histórico de Machu Picchu. Y en los años 90 participó activamente de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo de América Latina y el Caribe, patrocinada por las Naciones Unidas y el Banco Interamericano de Desarrollo y en la preparacion de sus importantes informes “Nuestro Futuro Común” y “Amazonía sin Mitos”.
Cada encuentro con Lumbreras, principalmente en casa de su cuñado Manuel Ríos, uno de los fundadores de Pronaturaleza, era motivo de encendidos debates en los que se entremezclaban teorías y contrateorías sobre la historia del Perú y sobre los impactos de los antiguos sobre la naturaleza y, claro, sin dejar de lado las discusiones sobre la política nacional y, en especial, sobre el futuro del Perú. Cada ocasión de ésas era una recarga de conocimientos, ideas y opciones de acción que, semanas después, aun danzaban en la cabeza. Lumbreras era, sin duda, un personaje fascinante.
La partida demasiado temprana de Luis Guillermo Lumbreras es una gran pérdida para los peruanos y para el mundo. Su capacidad para explicar la historia en términos simples, comprensibles para todos, fue extraordinaria y, sin duda, sus aportes a la educación pública son tan grandes como los que hizo a la arqueología de los Andes.