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06 . 12 . 2023

Pasantía a la región San Martín generó nuevas ideas y experiencia a líderes y lideresas indígenas provenientes de 5 regiones amazónicas.

Todo emprendimiento y desarrollo de un modelo de negocio, posee de forma inherente una cuota de riesgo y permanentes de desafíos. Si para un emprendedor citadino que cuenta con capital suficiente y conocimiento sobre el rubro al que quiere dedicarse, es todo un reto; emprender para ciudadanos indígenas, con poco capital, alejados de las grandes ciudades, sin conocimiento de cadenas comerciales y gestión empresarial, puede convertirse en una verdadera odisea.

Sin embargo, existen experiencias de emprendimientos liderados por hombres y mujeres del campo que, con esfuerzo y dedicación, han superado los retos iniciales y sus historias y su aprendizaje son dignos de conocer, seguir, y si es posible, replicar.

Por ello, el equipo implementador del proyecto Economía Indígena y Gobernanza Territorial Libre de Deforestación, integrado por profesionales de Pronaturaleza – Fundación Peruana para la Conservación de la Naturaleza y la Confederación de Nacionalidades de Amazónicas del Perú (CONAP), organizó la pasantía “Intercambio de experiencias sobre negocios sostenibles en San Martín” que reunió a 25 líderes, lideresas y técnicos indígenas de 6 regiones amazónicas de nuestro país, quienes fueron designados en el marco de las iniciativas impulsadas por el mencionado proyecto.

“Esta pasantía corresponde a una de las metas del proyecto, que es mejorar los ingresos económicos de las comunidades a través del fortalecimiento de actividades productivas sostenibles relacionadas con el manejo sostenible y sustentable de los bosques” manifestó Claudia Vega, Directora del Proyecto y parte del equipo de Pronaturaleza. “Además, esta pasantía está vinculada a un programa de capacitación en gestión empresarial comunitaria. A través de un convenio, hemos logrado que los módulos de capacitación sean desarrollados por la UNIA (Universidad Nacional Intercultural de la Amazonía), los cuales se iniciarán a inicios del mes de julio”, puntualizó.

Para muchos de los y las participantes, este viaje representó varios días de traslado desde sus comunidades y ciudades de origen, por ello se consideró que el primer día sea de llegada y recepción, así como para conocerse y tener claros los objetivos de la pasantía. Así, provenientes de Junín, Pasco, Loreto, Cusco y Ucayali, los y las pasantes; se reunieron con entusiasmo y expectativa, en la ciudad de Tarapoto para conocer, durante 2 días, tanto las historias, como las experiencias de productores y comercializadores de café, cacao, chocolate y artesanías.

Al iniciar el primer día, la comitiva partió rumbo al distrito de Chazuta, ubicado a hora y media de Tarapoto, para conocer la experiencia organizacional de la Cooperativa Allima Cacao. En este punto, los esperó Carlos Angulo González, representante de la organización, para compartir sus experiencias de más de 20 años en la gestión y relacionamiento con los socios productores. “Una cooperativa se maneja bajo criterios y conocimientos técnicos, no para favorecer a los directivos ni a sus allegados”, comentó, haciendo alusión a experiencias fallidas, en las que un inadecuado manejo de los fondos así como poca transparencia en el uso de los mismos, impidieron el despegue de iniciativas similares. “Con un adecuado manejo técnico y con un enfoque empresarial, las cooperativas pueden crecer, volverse competitivas y generar beneficios para todos los productores” manifestó.

Luego, el grupo de pasantes visitó la parcela de un productor asociado a Allima Cacao, donde compartió sus técnicas en el manejo de las plantaciones de cacao en sistemas agroforestales, y las mejoras que ha realizado con la finalidad de aprovechar los recursos cercanos. Hubo un intercambio valioso de conocimientos acerca del manejo del cultivo del cacao bajo sistemas agroforestales.

La visita culminó con un recorrido a la planta de procesamiento de Allima Cacao, donde se apreció la tecnología empleada en los procesos de fermentación, secado y almacenamiento del cacao, a fin de obtener un producto acorde a las exigencias del mercado.

Para conocer el último eslabón de la cadena comercial del cacao, el grupo visitó las instalaciones de Mishki Cacao, una reconocida asociación de mujeres, que desde hace 19 años se dedica a la elaboración de chocolates artesanales. Además, este emprendimiento ha representado al Perú y a la región San Martín, obteniendo premios y reconocimientos a nivel internacional por el sabor y calidad de los productos que elabora.  “Ellas iniciaron con un pequeño capital semilla, al igual que los emprendimientos ganadores que impulsa nuestro proyecto. Y después de mucho trabajo y perseverancia, ahora cuentan con una planta equipada, y las hijas de las fundadoras apoyan la gestión de esta asociación” manifiesta Rocío Escudero, Coordinadora de Gobernanza del proyecto Economía Indígena de la CONAP

“En San Martín hay experiencias exitosas, tanto en la producción, como en el procesamiento de café y cacao. Esa fue una de las razones por las que propusimos que esta pasantía se realice en esta región. De esta manera los hombres y mujeres de las comunidades pueden ver directamente que, trabajando organizadamente y con dedicación, pueden obtener los mismos resultados” enfatiza la representante de la CONAP.

En el primer día de esta pasantía, un docente de la Universidad Intercultural de la Amazonía (UNIA), acompañó a la delegación, pues como ya se mencionó esta casa de estudios desarrollará las sesiones de capacitación en gestión empresarial comunitaria con enfoque intercultural y de género, y darán asistencia técnica en la elaboración de planes de negocio a 25 emprendedores y emprendedoras indígenas.

Es necesario mencionar que esta pasantía se desarrolló los días 1 y 2 de junio, y se implementó en el marco del proyecto Economía Indígena y Gobernanza Territorial Libres de Deforestación financiado por la Agencia Noruega para la Cooperación al Desarrollo (NORAD), mediante la Iniciativa Internacional de Clima y Bosques de Noruega (NICFI) que viene siendo implementado en el Perú por el consorcio de Pronaturaleza y la CONAP.